Cedido por Teresa M. Gerada
Noche de sábado en Sevilla. En plena ola de frío y en
una sala un poco alejada de la urbe, como es la sala Holländer. Este es el
panorama, que a priori, podría echar para atrás a la gente para salir de casa.
Pero todo lo contrario.
Es agradable ver el carril de entrada a la sala con
puestos itinerantes de camisetas, complementos rockeros, gente en la
puerta…algo difícil de ver en ésta sala por su ubicación y el difícil acceso si
no es en coche, por lo que en general, no se suele llenar. Quizás, parte de
este éxito fuera por el trabajo de varios miembros de las bandas que
organizaron el evento, en éste caso, Alberto Olea (Marabunta), Ale Alonso
(D.A.D) y Jesús (Caos Day), que hicieron todo lo posible para publicitar el
evento y mover a la peña hasta allí. Una vez conseguido lo más complicado,
lleno absoluto, ahora había que darlo todo en el escenario. Y así fue por parte
de las cuatro bandas que participaron en el festival. El cartel estaba formado
por Caos Day (Lebrija, Sevilla), D.A.D. (Sevilla), Kathew (Algeciras, Cádiz) y
Marabunta (Sevilla), por orden de actuación. Todos ellos de estilos próximos,
con lo cual la cosa prometía cañera.
Comenzó la fiesta pasadas las 22.30 Caos Day abrieron
la noche con un repertorio variado de estilo rapmetal, combinando temas propios
con versiones de grupos muy conocidos como Cypress Hill, Rage Against The Machine o Limp Bizkit.
Una buena selección para abrir boca y la gente respondió desde el primer
minuto. Contaron con la colaboración de Ale Alonso en la versión que hicieron
del tema “Right now” de Korn. No los conocía y me gustó mucho su actuación. No
tanto el sonido de la sala, pero pensé que iría mejorando a lo largo de las
actuaciones como suele ocurrir en este tipo de festivales.
A continuación, suben al escenario D.A.D. La banda de
estilo groove metal, descargó su repertorio de once temas, casi en su totalidad
de composición propia. Aquí, he de decir que las carencias de sonido de la
sala, para mi gusto, empiezan a ser evidentes. La voz, gutural y grave, es
confusa con la bola de graves que provoca la deficiente sonorización de la base
rítmica. No fue problema de la banda, que se marcaron una actuación muy potente
y contundente. Pero una mejor ecualización a nivel de graves hubiera dado mayor
claridad de la voz, que quedaba escondida con la música. Para mí, esto deslució
un poco a la banda con un gran nivel técnico, pero aún así, el público estaba
entregado y disfrutó mucho con ellos. El frontman, Ale Alonso lo dio todo,
incluso invitó a uno de los cantantes de Marabunta a compartir escenario con
él, en “Aliento de rabia“. Se notaba el hermanamiento entre bandas en todo
momento y la gente no paraba de bailar y pasarlo bien.
Ahora es el turno de Kathew, grupo también desconocido
para mí. En un principio, por la estética y la instrumentación que llevaban
(teclista y samplers), me dieron un aire a lo Rammstein. De ésta banda destacó
la puesta en escena, muy cuidada y elaborada. Lentillas blancas para toda la
formación, telones laterales con su logo, y una actitud muy “posesa” sobre el
escenario, atraían fuertemente al público. Descargaron toda su artillería y
buen hacer con un repertorio de estilo groove metal con toques industriales.
Muy currado. El público seguía disfrutando. Un momento álgido de la actuación
fue cuando tocaron la versión de The Prodigy del tema “Breathe“, donde de
manera espontánea, Alberto Olea subió a cantarla con ellos y compartir la
fiesta de Kathew con el público.
Y es entonces cuando llega Marabunta. Los sevillanos,
de estilo rapmetalcore, que presentaban su disco Siempre Presente, lo dieron
todo y más. La formación llena por completo el escenario. Sus dos cantantes,
que combinan las voces a la perfección, Alberto Olea más grave y gutural y Manuel
Ruiz más rapera y aguda, saben transmitir su mensaje al público con gran
destreza. Abrieron su actuación con “Mariano vs. Manolo” para continuar con
“Odio“, y así, uno tras otro, fueron mostrando todo lo que tienen que decir.
Letras con mensajes muy directos y una base musical que refuerza lo que se
canta, llegando al público de lleno. Hubo dedicatorias para muchos de sus
temas, como en “Siempre presente“, tema que dedicaron a un amigo especial para
ellos, o “Mis héroes” que dedicaron a sus familiares.
A nivel técnico, el sonido sigue siendo carente. Para
un grupo con tanta energía, me hubiera gustado otro tipo de sonorización, pero
es la tónica de la sala. Ocurrió igual con todos los grupos. Donde
más se notaba era en el bajo y en la batería, sobre todo, timbales ausentes y
pocos platos y el bajo demasiado grave. Pero son cuestiones de sonido que no
dependen de los grupos, aparte, destaco a nivel musical, además de las voces
compactadas, con partes muy rápidas rapeadas con gran habilidad, los ritmos de
batería muy estructurados y perfectamente ejecutados por Mariano Piedra,
alternando temas con tiempos medios y partes dobladas, como en “Siempre
Presente” o en “A.C.A.B.”, con temas más rápidos y hardcore como en “Enterrado
vivo“. Me gusta la utilización que hacen de los silencios en los riffs, creando
ritmos cortantes y contundentes. Las guitarras, a cargo de Renato Álvarez y
Jose Miranda, bien empastadas, destacando los solos de este último, y dentro
del marcado estilo de la banda, las pinceladas de pasajes oscuros con
reminiscencias thrasher, que me recordaron por momentos, a discos como Arise o
Beneath the remains de mis adorados Sepultura.
Reseñables también las lineas de
bajo de Alejandro Herrera, sobre todo en “Rutina“, me encantaron. Todo esto,
aderezado con la invitación continua de los cantantes hacia el público a
participar que hizo que si pedían palmas, la gente diera palmas. Pidieron un
Wall of death, hubo muro de la muerte, pogos, cuernos arriba…Toda una fiesta
hardcore, con ritmos rapmetal y muchas ganas de darlo todo por parte de los
sevillanos. Un primer trabajo intenso con el que cerraron el festival por todo
lo alto, y con un éxito rotundo.
Enhorabuena a Marabunta y a todos los grupos que
participaron en el Brutal Metal Slug Fest. Gran noche para todos ellos y para
el público.
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